miércoles, 30 de mayo de 2012

Donatismo

Herejía enseñada por Donato, obispo de Casae Nigrae, la cual establecía que la efectividad de los sacramentos dependía del carácter moral del ministro. En otras palabras, si un ministro, involucrado en un serio pecado bautizaba a una persona, ese bautismo era considerado inválido.
El Donatismo se desarrolló como resultado de la persecución de los Cristianos ordenada por Diocleciano en 303 en la cual, todas las iglesia y escrituras sagradas de los Cristianos fueron destruidas. Otro edicto proclamado en 304 ordenaba la quema de incienso a los dioses ídolos del Imperio Romano a lo cual los Cristianos, se rehusaron. Muchos Cristianos entregaron los textos sagrados a sus perseguidores y aún más, traicionaron a otros Cristianos entregándolos a los Romanos. Estas personas fueron conocidas como “traditores”: Cristianos que traicionaban a otros Cristianos.
En la consagración del obispo Ceciliano de Cartago en 311, Félix, uno de los tres obispos de Aptunga, el cual consagró a Ceciliano, había dado copias de la Biblia a los perseguidores Romanos. Un grupo de cerca de 70 obispos formó un sínodo y declaró la consagración del obispo inválida. Un gran debate se levantó con relación a la validez de los sacramentos (el bautismo, la Cena del Señor, etc.) debido a que uno de ellos había pecado grandemente contra los otros Cristianos.
Después de la muerte de Ceciliano, Aelio Donato el Grande se convirtió en obispo de Cartago y es debido a su nombre que el movimiento es llamado. Los Donatistas estaban ganando “convertidos” a su causa y una división se estaba levantando en la iglesia Católica. Empezaron a rebautizar a sus “convertidos”, lo cual fue particularmente problemático para la iglesia y fue condenado en el Sínodo de Arles en 314 ya que básicamente y como se estableció, la autoridad en la iglesia Católica se había perdido.
El tema del Donatismo surgió en muchos concilios ecuménicos y finalmente fue sometido al Emperador Constantino en 316. En cada caso, la consagración del obispo Ceciliano fue defendida. Sin embargo, se inició la persecución y para el año 350 el movimiento había ganado muchos convertidos incluyendo un número incontable en la iglesia Ortodoxa en África. Pero fue la apologética llevada a cabo por Agustín que giró el nudo contra el movimiento Donatista el cual, para el siguiente siglo, había muerto.
El problema con el Donatismo no se trataba de si la persona era o no moralmente pura ya que la efectividad del bautismo o la administración de la Cena del Señor no se pierden si el carácter moral del ministro está cuestionado o si aún se demuestra que es culpable. Más bien, los sacramentos son poderosos por lo que éstos son: representaciones visibles de realidades espirituales. Dios es el que trabaja en éstos y a través de éstos y Él no se encuentra limitado por el estado moral de quien los administra.

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