miércoles, 30 de mayo de 2012

Las Dos Naturalezas de Jesús

Jesús es la persona más importante que jamás haya vivido en este planeta. Él es Dios encarnado. Él no es mitad Dios y mitad hombre. Él es tanto 100% divino como 100% humano. En otras palabras, Jesús tiene dos naturalezas distintivas: la divina y la humana. Jesús es la Palabra que era Dios y estaba con Dios y fue hecha carne. (Juan 1:1,14). Esto significa que en la sola Persona de Jesús existe tanto una naturaleza divina como humana. La naturaleza divina no fue, ni cambiada ni alterada. Él no es solamente un hombre que “tenía a Dios en Él”, ni es un hombre que “manifestó el principio de Dios.” Él es Dios, la Segunda Persona de la Trinidad. “el cual, siendo el resplandor de su gloria, y la imagen misma de su sustancia, y quien sustenta todas las cosas con la palabra de su poder, habiendo efectuado la purificación de nuestros pecados por medio de sí mismo, se sentó a la diestra de la Majestad en las alturas,” (He 1:3). Las dos naturalezas de Jesús no están “mezcladas una con la otra”, ni tampoco se encuentran combinadas en una nueva naturaleza Dios-hombre. Son separadas, aún cuando actúan como una unidad en la sola Persona de Jesús. A esto se le llama la Unión Hipostática.
El siguiente cuadro le ayudará a ver las dos naturalezas de Jesús “en acción”:
Dios Hombre
Él es adorado (Mateo 2:2,11; 14:33). Él adoró al Padre (Juan 17).
Él fue llamado Dios (Juan 20:28; Hebreos 1:8) Él fue llamado hombre (Marcos 15:39;
Juan 19:5).
Él fue llamado el Hijo de Dios (Marcos 1:1) Él fue llamado el Hijo del Hombre (Juan 9:35-37)
A Él se le ora (Hechos 7:59). Él le oró al Padre (Juan 17).
É les sin pecado (1ª Pedro 2:22; Hebreos 4:15). Él fue tentado (Mateo 4:1).
Él conoce todas las cosas (Juan 21:17). Él creció en sabiduría (Lucas 2:52).
Él da vida eternal (Juan 10:28). Él murió (Romanos 5:8).
Toda la plenitud de la Deidad habita en Él (Colosenses 2:9). Él tiene un cuerpo da carne y huesos (Lucas 24:39)

El Communicatio Idiomatum

Una doctrina que está relacionada a la Unión Hipostática es la conocida como El Communicatio Idiomatum (Latín para “la comunicación de propiedades”). Ésta es la enseñanza de que los atributos tanto divinos como los de su naturaleza humana son atribuidos a la sola persona de Jesús. Esto significa que Jesús el hombre, dejaría de reclamar la gloria que Él tuvo con el Padre antes de que el mundo fuera hecho: "Ahora pues, Padre, glorifícame tú al lado tuyo, con aquella gloria que tuve contigo antes que el mundo fuese." (Jn 17:5), declarar que Él descendió del cielo: "Nadie subió al cielo, sino el que descendió del cielo; el Hijo del Hombre, que está en el cielo. " (Jn 3:13) y también declarar omnipresencia: "enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. Amén." (Mt 28:20). Todos estos atributos de las propiedades divinas fueron reclamados por la persona de Jesús pero que los cultistas simplemente niegan cambiando las Escrituras.
Uno de los errores más comunes que los cultos no Cristianos hacen es no entender las dos naturalezas de Cristo. Por ejemplo: Los Testigos de Jehová se enfocan en la humanidad de Jesús e ignoran Su divinidad. En forma repetida citan versículos que tratan con Jesús como hombre y tratan de colocarlos contra la misma Escritura, pero al final, mostrando que Jesús es también divino. De otro lado, la Ciencia Cristiana hace lo contrario. Ellos se enfocan en las Escrituras que muestran la divinidad de Jesús hasta el punto de negar Su verdadera humanidad.
Para un apropiado entendimiento de Jesús y por lo tanto de todas las otras doctrinas relacionadas a Él, Sus dos naturalezas deberán ser entendidas y definidas apropiadamente. Jesús es una persona con dos naturalezas. Esta es la razón por la cual Él creció en sabiduría y estatura: "Y Jesús crecía en sabiduría y en estatura, y en gracia para con Dios y los hombres." (Lc 2:52) y aún así, sabía todas las cosas: "Le dijo la tercera vez: Simón, hijo de Jonás, ¿me amas? Pedro se entristeció de que le dijese la tercera vez: ¿Me amas? y le respondió: Señor, tú lo sabes todo; tú sabes que te amo. Jesús le dijo: Apacienta mis ovejas." (Jn 21:17). Él es la Palabra Divina hecha carne: "En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios. 14 Y aquel Verbo fue hecho carne, y habitó entre nosotros (y vimos su gloria, gloria como del unigénito del Padre), lleno de gracia y de verdad." (Jn 1:1,14).
La Biblia es acerca de Jesús: "Escudriñad las Escrituras; porque a vosotros os parece que en ellas tenéis la vida eterna; y ellas son las que dan testimonio de mí;" (Jn 5:39). Los profetas profetizaron acerca de Él: "De éste dan testimonio todos los profetas, que todos los que en él creyeren, recibirán perdón de pecados por su nombre." (Hch 10:43). El Padre testificó de Él: "También el Padre que me envió ha dado testimonio de mí." (Jn 5:37), "Yo soy el que doy testimonio de mí mismo, y el Padre que me envió da testimonio de mí." (Jn: 8:18). El Espíritu Santo testificó de Él: "Pero cuando venga el Consolador, a quien yo os enviaré del Padre, el Espíritu de verdad, el cual procede del Padre, él dará testimonio acerca de mí." (Jn 15:26). Las obras de Jesús testificaron de Él: "Mas yo tengo mayor testimonio que el de Juan; porque las obras que el Padre me dio para que cumpliese, las mismas obras que yo hago, dan testimonio de mí, que el Padre me ha enviado." (Jn 5:36), "Jesús les respondió: Os lo he dicho, y no creéis; las obras que yo hago en nombre de mi Padre, ellas dan testimonio de mí;" (Jn 10:25). Las multitudes testificaron de Él: "Y daba testimonio la gente que estaba con él cuando llamó a Lázaro del sepulcro, y le resucitó de los muertos." (Jn 12:17). Y Jesús testificó de Él mismo (Jn 5:36; 10:25).
Otros versículos a considerar cuando se examina Su deidad son: Juan 10:30-33; 20:28; Colosenses 2:9; Filipenses 2:5-8; Hebreos 1:6-8; y 2ª Pedro 1:1.
1ª Timoteo 2:5 dice: “Porque hay un solo Dios, y un solo mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre,” Ahora mismo, hay un hombre en el cielo, en el trono de Dios. Él es nuestro intercesor (1ª Juan 2:1). Él es nuestro Salvador (Tito 2:13). Él es nuestro Señor (Romanos 10:9-10). Él es Jesús.




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