miércoles, 30 de mayo de 2012

Triteísmo

El Triteísmo es la enseñanza de que la Divinidad es realmente tres seres separados formando tres dioses separados. Este punto de vista equivocado y utilizado con frecuencia por los cultos reemplaza la doctrina de la Trinidad la cual establece que hay un solo Dios en tres personas: Padre, Hijo y Espíritu Santo. La doctrina de la Trinidad es por definición monoteísta; esto es, una doctrina que afirma que hay un solo Dios en todo el universo.
El Triteísmo ha tomado diferentes formas a través de los siglos. En la iglesia temprana los Cristianos fueron acusados de ser triteístas por aquellos que bien o no querían entender la doctrina de la Trinidad o no la podían entender. A finales del siglo 11, Roscelín, un monje Católico Romano de Compiègne en Francia, consideró las tres Personas Divinas como tres seres independientes y que también se podría decir que eran tres dioses. Sostuvo que Dios el Padre y Dios el Espíritu Santo se habría encarnado con Dios el Hijo.
En el día de hoy, los Mormones son triteístas; pero con un pequeño giro. El Mormonismo enseña que hay muchos dioses en el universo pero que ellos—los Mormones— sólo sirven y adoran a uno sólo. Para ellos, en la tierra, la divinidad son realmente tres dioses separados: el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. El Padre era un hombre en otro mundo el cual trajo a una de sus esposas con él a esta planeta; ambos tienen cuerpos de carne y huesos. El hijo es un segundo dios el cual era literalmente el amado entre dios el padre y su esposa diosa y el espíritu santo es un tercer dios. El Mormonismo es en realidad politeísta con un énfasis triteístas y a su vez, el Triteísmo contradice la enseñanza de la Biblia con relación al monoteísmo.
  • “Ustedes son mis testigos, dice el Señor, y mi siervo que yo escogí, para que me conozcan y crean, y entiendan que yo mismo soy; antes de Mí no fue formado dios, ni lo será después de Mí.” (Isaías 43:10).
  • “Así dice el Señor Rey de Israel, y su Redentor, el Señor de los Ejércitos: ‘Yo soy el primero, y yo soy el postrero, y fuera de Mí no hay Dios.’” (Isaías 44:6).
  • “No teman, ni se amedrenten; ¿no te lo hice oír desde la antigüedad, y te lo dije? Luego ustedes son Mis testigos. No hay Dios sino Yo. No hay Fuerte; no conozco ninguno.” (Isaías 44:8).

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